El Toque Sanador
Los masajes se emplean desde tiempos remotos. Por ejemplo... Homero, en La Odisea, habla del masaje como un tratamiento restaurador para los guerreros. Hipócrates lo utilizó en el tratamiento y prevención de enfermedades.
En los países asiáticos como Japón, China, Tailandia… se ha practicado siempre.
También se ha usado y se usa como tratamiento médico, relajante y de belleza. Por ejemplo, en Tailandia y China, forma parte de la Medicina Oficial.
La esencia del masaje es un tacto de amor (Libera endorfinas, los analgésicos naturales de nuestro cuerpo)que se ha estructurado como una técnica curativa.
El masaje proporciona también una estimulación táctil:
En 1986, el Touch Reserch Institute, de la Universidad de Miami, publicó los resultados de una investigación acerca de los beneficios del contacto físico mediante el masaje en bebés prematuros. Aquellos que recibieron un masaje mostraron un aumento de peso un 47% superior y salieron seis días antes del hospital.
Pero los niños no son los únicos beneficiados. Mientras el masajista relaja y libera los músculos contraídos de su cliente, puede estar también liberando emociones que no se han llegado a procesar, y la sensación del contacto sobre la piel puede ser una experiencia poderosa para esta persona, que le recuerda que no está sola en el mundo.
El masaje aúna a las parejas. Donde existe conflicto e incomprensión, calma las tensiones y crea la unidad al engendrar sentimientos de proximidad y ternura… eso nos dice Carlo De Paoli, en su obra Masaage and Bodywork for Health y para ejemplificarlo, nos narra el siguiente cuento en su libro:
"En el antiguo Japón una mujer joven recién casada, se había trasladado, siguiendo la costumbre a la casa de su marido donde residían también los padres de él. Al cierto tiempo visitó a un monje budista, con lágrimas en los ojos, expresó su frustración con su suegra, que la intimidaba constantemente. Estaba tan desesperada que le pidió al monje que le enseñara la manera de matar poco a poco a su suegra sin despertar sospecha. El monje le replicó que conocía la forma perfecta para que ella consiguiera su objetivo y empezó a enseñarle un tipo de masaje mediante el que podría matar gradualmente a la anciana. Pocas semanas después, la misma mujer joven volvió a ver al monje en estado de gran agitación. El monje le preguntó si su método funcionaba, y la mujer le rogó que le enseñara inmediatamente a deshacer el daño que pudiera haber infligido.
El monje fingió sorpresa y preguntó qué había provocado tal cambio en su corazón y su mente. Ella respondió, al cabo de unas semanas de masajear en forma regular a su suegra de la manera que él le había enseñado, se había encariñado mucho de ella y que ahora se querían mucho. Entonces el monje, sonriendo, le explicó que nunca había tenido la intención de enseñarle la forma de dañar a nadie, sino todo lo contrario. Le había enseñado un masaje para unirlas, creando así amor y armonía en su vida familiar".
Pero los niños no son los únicos beneficiados. Mientras el masajista relaja y libera los músculos contraídos de su cliente, puede estar también liberando emociones que no se han llegado a procesar, y la sensación del contacto sobre la piel puede ser una experiencia poderosa para esta persona, que le recuerda que no está sola en el mundo.
El masaje aúna a las parejas. Donde existe conflicto e incomprensión, calma las tensiones y crea la unidad al engendrar sentimientos de proximidad y ternura… eso nos dice Carlo De Paoli, en su obra Masaage and Bodywork for Health y para ejemplificarlo, nos narra el siguiente cuento en su libro:
"En el antiguo Japón una mujer joven recién casada, se había trasladado, siguiendo la costumbre a la casa de su marido donde residían también los padres de él. Al cierto tiempo visitó a un monje budista, con lágrimas en los ojos, expresó su frustración con su suegra, que la intimidaba constantemente. Estaba tan desesperada que le pidió al monje que le enseñara la manera de matar poco a poco a su suegra sin despertar sospecha. El monje le replicó que conocía la forma perfecta para que ella consiguiera su objetivo y empezó a enseñarle un tipo de masaje mediante el que podría matar gradualmente a la anciana. Pocas semanas después, la misma mujer joven volvió a ver al monje en estado de gran agitación. El monje le preguntó si su método funcionaba, y la mujer le rogó que le enseñara inmediatamente a deshacer el daño que pudiera haber infligido.
El monje fingió sorpresa y preguntó qué había provocado tal cambio en su corazón y su mente. Ella respondió, al cabo de unas semanas de masajear en forma regular a su suegra de la manera que él le había enseñado, se había encariñado mucho de ella y que ahora se querían mucho. Entonces el monje, sonriendo, le explicó que nunca había tenido la intención de enseñarle la forma de dañar a nadie, sino todo lo contrario. Le había enseñado un masaje para unirlas, creando así amor y armonía en su vida familiar".
Ud., Puede lograr mucho más con su pareja.
¿Qué están esperando? ¡Regálense un buen masaje!
¿Qué están esperando? ¡Regálense un buen masaje!
Os Esperamos:
Manu & Xiao Ying.
0 comentarios:
Publicar un comentario