"Movimiento en el origen de la Vida"
La práctica del Katsugen Undo consiste en el abandono momentáneo de toda actividad voluntaria para tratar de percibir el movimiento espontáneo del cuerpo. Un método regulador del equilibrio interior mediante actitudes corporales espontáneas e instintivas.
El principio de su aplicación está en que el cuerpo se mueve libremente en una especie de vacío mental, un estado de no-acción que se fundamenta en la unidad de cuerpo y mente, y que se basa en la respiración como energía vital que nos mantiene vivos.
Cualquiera lo puede practicar, ya que no imponemos nada al cuerpo.
El Katsugen undo o movimiento regenerador se practica con la mente abandonada y sin esperar nada a cambio. Se trata de disfrutar del propio movimiento espontáneo sin tener en la cabeza pensamientos como...si practico, conseguiré esto y lo otro...
Debemos permitir que el movimiento involuntario se manifieste con libertad, sin los obstáculos de la mente calculadora, que en este caso se convierte en una espectadora que ha perdido su capacidad de judgar.
El Katsugen Undo, de origen Japonés y desarrollado por el Dr. Haruchika Noguchi, es el movimiento regenerador espontáneo. Técnica corporal que todos tenemos disponible y que sólo es cuestión de volver a sensibilizar (intermediando de nuestro sistema nervioso involuntario, puesto que el Katsugen se desarrolla desde allá), y que forma parte del concepto de vida SEITAI.
¿Que quiere decir SEITAI? Literalmente “cuerpo regulado”.
El Seitai está formado por diferentes “técnicas corporales” tales cómo: el ya mencionado Katsugen Undo, Yuki (comunicación de energía Vital, semejante al Reiki, pero desde una perspectiva más natural y accesible), y l’Aikido (Arte Marcial).
El SEITAI, entre otras características, regula el cuerpo a través del Ki (Energía Vital). Cómo podréis ver, el YuKI, el ReiKI, l’AiKIdo (en China utilizan la palabra Chi o Qi, pero con el mismo significado: CHI –CHIkung, TaiCHI-), son técnicas que buscan promover la armonía y el equilibrio a través del Ki o Chi.
En esencia, la filosofía de la orientación Seitai nos enseña a observar al ser humano, a nosotros mismos a través del movimiento espontáneo (Katsugen), para llegar a comprender y enriquecer nuestra actividad endógena, tanto a nivel energético, como físico o psíquico, y aprender a liberar las tensiones y bloqueos
El Katsugen Undo es el abandono de toda finalidad, pues la acción que de antemano apunta en una dirección bloquea la evolución de nuestro ser, impidiendo el movimiento propio de nuestro organismo.
Con el Katsugen undo se entrena y sensibiliza el sistema extrapiramidal, de forma que se equilibra el funcionamiento del sistema simpático y parasimpático para conseguir su máxima eficacia y así recobrar todo el ánimo y el vigor necesarios para vivir con plenitud.
En el sistema involuntario o autónomo las actividades se controlan mediante el sistema extrapiramidal, esto quiere decir que estas actividades no llegan a la parte consciente del cerebro y son controladas principalmente por el cerebelo a través de la médula espinal y sus ramificaciones.
Debido a la regeneración del organismo, pueden darse reacciones al iniciar la práctica del Katsugen Undo. El proceso de esta regeneración del organismo varía en cada persona y depende del estado corporal en que no se encuentra.
Normalmente pasa por tres fases:
Distensión: Languidez del cuerpo, sueño, ojos lagrimosos.
Activación: Desaparecen los de la fase anterior, el cuerpo se vuelve ágil, el cerebro despejado, los ojos claros y abiertos, etc.
Limpieza y Descarga: Las molestias físicas reaparecen más intensas, dolor físico, sudor. También se sueña con la infancia, se recuerdan digustos del pasado, se dan depresiones o altibajos emocionales, etc.
Todo esto es un proceso ideal pero puede darse sólo uno de estos.
Después de pasar éstas tres fases, viene la auténtica activación o sensibilización del organismo.
El cuerpo es el que se mueve según su necesidad. Es el movimiento de la vida que se manifiesta en nosotros.
En esencia, en el Katsugen, no solo se halla involucrado el cuerpo, también la psique, y a su vez incide, notablemente, en el desarrollo espiritual, de manera que en la práctica es imprescindible el blanco del papel o de la mente, por lo que se podría decir que el vacío que favorece lo espontáneo es el mismo vacío que el propio Katsugen induce al practicarlo sin finalidad y por la simple complacencia.
Con la práctica se obtiene:
- Unos reflejos suficientemente desarrollados para poder afrontar las anomalías, de manera automática. La sensibilidad se incrementa, de modo que no será cogido desprevenido por enfermedades.
- Una respiración más profunda que en la gente ordinaria.
- Un sueño más corto y profundo. Se repone de su cansancio muy rápidamente.
- Un cuerpo flexible, eliminándose rigidez y tensión.
- Concentración y relajación a voluntad.
- Necesidades precisas. El cuerpo nos hace sentir lo que hay que comer sin necesidad de interrogar a los especialistas.
- Coordinación entre el pensamiento y la acción. La torpeza cede el puesto a la destreza sin que uno mismo sepa cómo ha ocurrido este cambio.
- Serenidad de espíritu creciente, etc.
Fuentes:
Le Non Faire, de Itsuo Tsuda.
http://www.culturaseitai.com
http://santiagovelilla.blogspot.com